Es habitual que a la hora de vender una casa el vendedor lo haga sin contar con una agencia inmobiliaria de por medio. Pongamos este caso en concreto: una particular que quiere vender su vivienda cuenta ya con dos ofertas por parte de sus vecinos. Su casa ya fue tasada el año pasado por lo que tiene una idea de cuanto podría costar en el mercado actual.
Si decide vender su propiedad a uno de los dos compradores sin contar con un profesional, se ahorraría el coste y la comisión de la agencia. Además, al contar solo con estas dos opciones de venta, se evitaría tener que enseñar la vivienda múltiples veces y organizar las visitas, preparar el interior de la casa, etcétera.
Los dueños tasaron la casa hace un año, por lo que es probable que su valor haya cambiado. Puede haber compradores dispuestos a pagar mucho más que el precio ofrecido tras haber evaluado un poco las ofertas que existen. Los agentes inmobiliarios conocen el mercado mucho más en profundidad que un propietario sin referencias, y pueden tener una visión mucho más amplia con la que calcular un precio rentable.
Es importante tener en cuenta que un agente inmobiliario cuenta con mayor experiencia a la hora de cerrar acuerdos. No solo hablamos de la capacidad de negociar, sino también cuando se trata de factores financieros.
Para escoger a un comprador es necesario saber primero si cuenta con la estabilidad económica suficiente como para pagar la propiedad. Preguntar por un comprobante que justifique su solvencia puede resultar algo violento para el propietario si se trata de alguien conocido, por lo que disponer de una tercera persona que se encargue de este proceso es un alivio.
No sería la primera vez que los vendedores acaban teniendo que acudir a los tribunales debido a que el comprador final no contaba con fondos suficientes para pagar la vivienda.
Cuando se trata de compradores conocidos, escoger entre uno y otro puede ser complicado. Cuando cuentas con un agente inmobiliario este se encarga de valorar los factores económicos y dar una opción más rentable al vendedor, sin contar con sentimentalismos o compromisos sociales que pueden complicar la negociación.
Es habitual que surjan inconvenientes en el proceso, por lo que en vez de tener que acudir tu directamente a hablar con las partes implicadas es más fácil que lo dejes en manos de un profesional.
Vender una casa siempre resulta estresante y complicado, por lo que debes valorar si el ahorro económico que te supone no contratar una agencia inmobiliaria te vale la pena.
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